In memory of
Dr. Adolfo "Fito" Sanchez
June 27, 1933 -
March 15, 2024
Dr. Adolfo Sanchez died on March 15, 2024 at the age of 90. He is survived by his devoted wife Eszter, his three loving children Monica, Federico and Bernardo, their spouses Brian, Darlene, and Kim, as well as his three delightful grandchildren Adelaide, Dylan, and Nicholas.
Adolfo was born in Moreda de Ayer of Asturias, Spain. He moved to Canada to escape the stagnation of post WWII Europe. He and Eszter married in 1963 and raised their dynamic and progressive family in Montreal and then in Toronto.
Adolfo was an accomplished and well-respected psychiatrist, committed to his patients until he retired at 85. His flexibility, compassion, and deep desire to help made him a beloved and now deeply missed physician. He was devoted to his family and expressed this devotion by providing in abundance. He loved good food (especially Eszter’s wonderful cooking), travelling, Asturian music, golf, and history.
Adolfo was deeply admired for his remarkable and genuine Joie de Vivre and his ability to delight with his stories. His children are thankful that he has found peace from the pain of his last few weeks.
El Dr. Adolfo Sánchez murió el 15 de marzo de 2024 a la edad de 90 años. Le sobreviven su devota esposa Eszter, sus tres hijos amados Mónica, Federico y Bernardo, sus cónyuges Brian, Darlene y Kim, así como sus tres nietos encantadores Adelaide, Dylan y Nicholas.
Adolfo nació en Moreda de Ayer de Asturias, España. Se mudó a Canadá para escapar del inmovilismo de la Europa posterior a la Segunda Guerra Mundial. Él y Eszter se casaron en 1963 y formaron su familia dinámica y progresista en Montreal y luego en Toronto.
Adolfo era un psiquiatra consumado y respetado, comprometido con sus pacientes hasta que se jubiló a los 85 años. Su flexibilidad, compasión y deseo profundo de ayudar lo convirtieron en un médico querido y ahora profundamente extrañado. Era devoto de su familia y expresaba esta devoción proveyendo en abundancia. Le encantaba la buena comida (especialmente la que cocinaba Eszter), los viajes, la música asturiana, el golf y la historia.
Adolfo fue profundamente admirado por su pasión genuina por la vida y su capacidad para deleitarse con sus cuentos. Sus hijos están agradecidos de que haya encontrado la paz tras el dolor de sus últimas semanas.